sintiendo

Ser feliz sintiendo, más que pensando

Valoración:

Si crees que a ese estado de bienestar al que llamamos “felicidad” se llega a base de pensamientos, me parece que vas a tardar un tiempo en poder experimentarlo. Desde mi punto de vista totalmente subjetivo y profano en la materia, el pensamiento puede ser la idea inicial, o la simple actividad del intelecto, pero de eso el resto de tu cuerpo no se entera, pues los pensamientos permanecen allá arriba en tu cabeza. Sin embargo existe otra inteligencia, la inteligencia emocional, que te permite reconocer y gestionar las emociones, y con esas sí que lograrás experimentar momentos de felicidad, puntuales o duraderos, eso dependerá de tu habilidad. Decía el filósofo y escritor Miguel de Unamuno:

“Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento”

Te invito a que realices el siguiente “experimento”: coge una cucharilla de café y moja el mango, luego coloca el mango de la cucharilla sobre una hoja de papel y deja caer una gota de agua, observarás que la gota cae y moja un punto concreto de la hoja, ese punto, donde ha caído la gota, podría asimilarse a un momento de felicidad en tu vida. Si ahora tocas esa gota con un dedo y la extiendes por la hoja habrás mojado una mayor superficie, de igual forma que podrías hacer con tu momento de felicidad, empleando, eso sí, la inteligencia emocional.

Se que ésto que digo es difícil de interiorizar, incluso algunas personas pensarán que la esencia de su ser está en su mente y que el resto del cuerpo realiza funciones esencialmente motrices, pero no es así. Para poder explicar esto último quiero invitarte de nuevo a que recuerdes aquella primera vez que te enamoraste, ¿Qué sensaciones experimentaste y dónde? Bien, ahora piensa en alguna ocasión en que por poco te cortas con el afilado filo de un cuchillo o una navaja ¿Qué sensaciones experimentaste y dónde? ¿Eres de los que tienen algún recuerdo especial que le pone los bellos (los pelos) de punta?… y así podría ponerte algunos ejemplos más. Es tu cuerpo el receptor de las emociones, ya sea por tus sentidos o por sensaciones.

Aunque tu hemisferio derecho del cerebro participa activamente en tu vida cotidiana, ¡no sería mala idea que le dieras un poco más de trabajo! despréndete de un poco de lógica y sustitúyela por un poco más de emoción y sentimiento. La próxima vez que pasees por el campo, fíjate menos en los árboles y más en la naturaleza; siente su fragancia, toca su flora, mira sus colores, escucha su música y saborea el ambiente. ¡Multiplica por cinco tu interacción con el mundo, pasa del pensamiento al sentimiento!

Gracias.
José Ramón García

QuiereteMilVecesMas.com

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